En las entrañas del monstruo

Javier Martínez de Pisón

La gigantesca osamenta de un extraño ser es la cavernosa estructura que alberga el Bar del Museo H.R. Giger, por cuyo techo abovedado se cruzan dobles hileras de grandes vértebras, confiriendo al espacio un ambiente espectral. Adentrarse por este extraordinario ámbito, emplazado en un antiguo castillo medieval, es remontarse a un tiempo ancestral, que evoca el relato bíblico de Jonás y la ballena. El espacio produce la vívida impresión de estar dentro de las entrañas de un monstruo prehistórico, cuyo esqueleto ha quedado fosilizado hace miles de años. Pero todo en el lugar — desde los tronos de los «Harkonnen» con sus respaldos en forma de la espina dorsal de una bestia desconocida, coronados por grandes huesos de pelvis, a las placas llenas de extraños jeroglíficos que recubren el suelo —, sugiere que el espectador ha sido transportado a un osario donde se encuentran los restos mutados de una civilización del futuro.

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